lunes, 29 de abril de 2013

Una mujer, la fundadora de la Cruz Roja Mexicana




Actualmente, en los libros de historia de México, por fin se reconoce la labor de valiosas y valientes mujeres mexicanas que aportaron su vida y su haber en diferentes ámbitos durante la Revolución Mexicana: la Corregidora, las adelitas, las escritoras y políticas de su época, que se atrevieron a hacer público su pensar de mujer.
Pero existen otras mujeres, que dentro del ámbito privado y de asistencia social, no han recibido reconocimiento a su decisiva aportación a México. Tal es el caso de la fundadora de la Cruz Roja Mexicana que inició, a contracorriente, las valiosísimas labores de esta institución, precisamente en 1910, año en que comenzó la Revolución en nuestro país.





Luz González Cosío de López

Era una mujer que amaba lo nuestro y para valorizarlo debidamente, se dedicó al estudio de la fusión de razas y culturas. Una mujer única, ya que a pesar de su claro linaje, vivía cercana a los grandes problemas sociales y jurídicos de la población.
Por cuestiones de trabajo, su esposo, que era doctor militar, estuvo acrecentando sus estudios médicos en París y fue ahí donde presenció la formidable labor de la Cruz Roja. Él platicó sus impresiones a su esposa Luz, quien se propuso establecer en México la institución benéfica.

Ante su interés por fundar la Cruz Roja Mexicana, Luz visitó al general Porfirio Díaz para solicitar apoyo para su fundación. El principal obstáculo al que se enfrentó fue el presupuesto oficial, sin embargo, la señora de López dio argumentos irrefutables, que derivaron en la aceptación del proyecto. Inclusive fue ella quien redactó los primeros estatutos. 






Un año antes de estallar la Revolución, en una devastadora inundación en Monterrey en 1909, la incipiente Cruz Roja Mexicana empezó sus actividades. Esta fue la primera brigada de auxilio donde participaron.
En 1910, año en que comenzó la guerra, la Cruz Roja fue reconocida oficialmente y recibió su registro el 21 de febrero de ese mismo año. En ese evento, a  Luz González Cosío de López le otorgaron el primer brazalete con la insignia de la institución. Sin embargo y ante el inminente peligro del enfrentamiento armado, tuvo que decidir contra su voluntad, salir del país junto con su familia. 




Años después fue precursora de la obra jurídica y social realizada en el ámbito de la jurisprudencia familiar y de protección a la infancia y también durante los gobiernos revolucionarios.
Muere en 1940, después de años de trabajo intenso a favor de los grupos más vulnerables de nuestro país y en una época donde la construcción de instituciones y estructuras de solidaridad no eran prioritarias.



 
Es por toda esta labor social que la Cruz Roja Mexicana la ha reconocido como su fundadora y develado un busto en sus instalaciones del D.F., junto a los grandes hombres que sacaron adelante a esta benemérita Institución.

lunes, 15 de abril de 2013

Día Internacional Panamericano e Indígena







Para quienes como tú y yo no sabemos con claridad el significado del Día Panamericano, podremos considerar que como personas interesadas en todas las manifestaciones culturales, tribales y sociológicas existentes, nos producen un cierto interés por lo desconocido y por lo misterioso del tema.

No voy a tratar la historia del asunto, de ella podrán ilustrarnos los historiadores y los antropólogos culturales, más bien quiero exponer mi personal punto de vista en la necesidad de dar “entrada”, “ánimo” y “entendimiento” a todos aquellos que sin desearlo están inmersos en la época actual.




Son interesantes los esfuerzos que diferentes instituciones han aportado para “actualizar” a estos grupos, pero ¿estaremos en lo correcto? cuando queremos darles a conocer las ventajas de la tecnología, de la alimentación balanceada, de la educación contemporánea, etcétera. Porque consideramos que “ellos” no son lo suficientemente felices y actualizados en diferentes terrenos que nosotros consideramos como avances y logros de la humanidad.




Me resulta simpática la aportación de instituciones como la FAO –Food & Agriculture -(Organización Mundial de Alimentación y Agricultura) en la que en la década de los 80´s aportó una cantidad de 30 millones de dólares a una comunidad de “sub-desarrollados” en África, para poder asegurarles pozos de agua de la más avanzada tecnología hasta ese momento conocida. El fracaso no tardó en aparecer en la primera de tres evaluaciones, se gastaron la tercera parte del presupuesto, con un avance del 10% real. Ante la pregunta ¿qué se “planeo” mal?, no tardaron las excusas y justificaciones.



 Hasta que dejaron que los “humanistas” pudieran dar una idea profunda y nodal. ¿Les parece que una comunidad que vive en la edad de piedra, deba pasar a la edad moderna en menos de un año?, ¿es factible que en lugar de dar un salto de veintitantos siglos, deberíamos dar un salto de diez siglos, con una eficacia más semejante a la prevista? Una vez más la idea es más poderosa que la economía. 



  A cuento de qué les comento este tema, porque estoy convencido que aunque no soy antropólogo cultural y como educador me he movido en lugares más bien citadinos......  




cuando me ha tocado “intervenir” en este tipo de comunidades para algún proyecto concreto, este recuerdo me ha ayudado mucho a “valorar” a quienes serán los destinatarios finales, tomando en cuenta sus condiciones históricas, sus costumbres, sus creencias y su forma de ver la vida y su relación con el cosmos.

Por  Alfonso Muñoz Flores