martes, 30 de diciembre de 2014

CERRAR CICLOS, EL PRINCIPIO DE TODO CRECIMIENTO

Al terminar este año, tenemos una buena oportunidad de reflexionar sobre los acontecimientos significativos que dejaron huella en nuestra vida, analizar los positivos y tratar de dejar atrás los negativos, para comenzar el nuevo año con metas que generen nuestro crecimiento y realización.
Compartimos   un   artículo    de     Macarena   Aguilar,        que puede ayudarnos a este proceso.



Volver a empezar es un proceso que causa muchas emociones: entusiasmo, ilusión, pero también nos compromete y esto mismo interviene para que abracemos la  idea de que a partir de ahora, todo será mejor. 

Sin embargo, emprender un camino en ocasiones no surge de manera intempestiva, sino que hay un factor previo que lo impulsa del cual necesitamos soltarnos para liberarnos de todo lo anterior y darle paso a otras experiencias. La voluntad es una pieza fundamental para procesar un cambio, como también lo es cerrar círculos, lo que nos permite hacer un análisis acerca de esos momentos de vida, para poder darle vuelta a la página y escribir una nueva historia.

Da el primer paso

Como explica la psicóloga Mariana Rivera, toda separación nos causa dolor o nostalgia y evita que avancemos, ya sea porque nos resulta doloroso o por el contrario, es tan positivo que no lo queremos dejar ir y nos dedicamos a vivir del recuerdo.
Resulta paradójico, pero para poder emprender hay que terminar. No podemos hacer un proyecto sin antes deshacernos del anterior, los niños cuando desean mejorar su desempeño escolar, piden a sus padres un cuaderno nuevo; alguien que termina una relación con su pareja se hace un cambio de look o al cambiarse de casa se tiran muchos objetos que son inservibles y se sustituyen con otros nuevos.

Cerrar un ciclo requiere sí de la decisión y además de una especie de ritual que nos permitirá estar en condiciones de iniciar con nuevos proyectos, la psicóloga Mariana Rivera recomienda:

·      No aferrarnos a nada y tener consciencia de que la vida es constante cambio por lo que siempre encontraremos nuevas formas de  vivir.
·      Admitir lo que fue o no nuestra responsabilidad y qué papel jugamos para que las cosas fueran de tal o cual forma; esta es la mejor manera de aprender.
·      Aceptar que todo lo que nos ocurre es parte de nuestra experiencia, ya sea positiva o negativa, nos ayuda a crecer y por ello debemos ser agradecidos.
·      Aprender a decir adiós es fundamental y se puede hacer con un ritual, ya sea una carta de despedida o simbolizar de alguna manera el cierre de ese ciclo, sin olvidar la importancia de agradecer la experiencia.
·      Por último, llega el momento de hacer nuevos proyectos.

La frase puede parecer superficial y se piensa que cerrar un círculo consiste en romper deliberadamente con todo lo que lleve una relación con ese evento o persona con la que hemos decidido concluir. 
Sin embargo, parte del éxito de este proceso radica en aprender a separarnos sin dolor, es decir, debemos obtener el mayor provecho de esa experiencia y reconocer que dentro de todo lo negativo que pudiera haber sido algo, aportó a nuestras vidas.

“Esa valoración es la que nos hace desprendernos sin rencores y poder proyectar la siguiente fase desde una plataforma positiva que no busca borrar el pasado sino capitalizar a favor de su presente. 

                 
Esa es la esencia de cerrar un círculo, si no se cubre esta condición, corremos el riesgo de almacenar rencores o quedarnos atrapados en esos momentos que nos generaron felicidad pero que ya no están, y en ambos casos el avance esperado no será fructífero, porque de alguna manera existe un lazo que no nos deja desprendernos para trabajar y descubrir las bondades del futuro”, dice la especialista.

Dejar atrás el pasado no es renunciar a él, sino hacerlo efectivo para tu crecimiento personal. Después de vivir una experiencia, habrá oportunidad de transformarla o de hacerla más intensa y duradera, solo tienes que abrir tu mente y tu espacio al nuevo reto. La decisión depende de ti.

Colaboración de Fundación Teletón México.
#EscuelasLibresDeBullying

martes, 23 de diciembre de 2014

NAVIDAD, TADICIÓN MILENARIA


Laura Costas



El mundo entero está lleno de luces, adornos, árboles y nacimientos.
México no sólo no se escapa de esto, sino que es uno de los países que celebra la Navidad como una tradición milenaria.

Es interesante ver que creyentes y no creyentes, todos vivimos un ánimo festivo de alegría, familia, regalos, cenas y reuniones de felicitación por este acontecimiento.

Las Posadas, Pastorelas, Piñatas, dulces y cacahuates son imprescindibles para preparar la llegada del día de Navidad.

Católicos y cristianos, la gran mayoría del pueblo mexicano,  celebran el nacimiento del Niño Jesús,  recordando y y renovando  este acontecimiento.
Acuden a la Misa Navideña, bendicen el Nacimiento y dan gracias a Dios por la llega de  de su Hijo para quedarse entre nosotros.
No podemos olvidar el hecho de que  precisamente esta llegada del Niño Dios es la razón y el origen  de todas las celebraciones.


Aún los no creyentes o con diferentes creencias, adornan sus casas y no falta el arbolito, los regalos y la cena. La alegría de la Navidad se contagia, representado unos días muy especiales para las familias, amigos, y para cada una de las personas que la celebran.

Deseamos a todos que estos días de alegría sean días de hacer propósitos para ser mejores personas, para pensar más en los demás, para ayudar al que necesitan nuestra presencia,  nuestro tiempo, nuestro apoyo, nuestra escucha, nuestra generosidad para resolver alguna necesidad.
No olvidemos a aquellos que han sufrido alguna pérdida reciente y necesitan nuestro cariño y consuelo.

Conservemos esta hermosa tradición, transmitiéndola a nuestros hijos.






jueves, 11 de diciembre de 2014

MÉXICO GUADALUPANO


Laura Costas

Nuestro país es muy rico en tradiciones, fiestas, celebraciones, costumbres,  ancestrales que conservamos con orgullo y nos unen como mexicanos.

El 12 de diciembre, se celebra   La Tradición que representa, de alguna manera,  la más arraigada  de nuestro pueblo.
Según encuestas publicadas hoy, el 80% de los encuestados se declara Guadalupano.

El sonido de los cuetes que truenan en todas las iglesias y pueblos de México, las peregrinaciones que llegan a la Basílica de Guadalupe durante todo el año, no se diga este día en que millones de peregrinos recorren kilómetros para llegar a festejar a la “Morenita del Tepeyac.”

Al ser entrevistados por los comunicadores que cubren el evento y preguntan: ¿Por qué viene usted desde tan lejos a la Basílica de Guadalupe?
Las conmovedoras respuestas más comunes son:

- Para agradecer a nuestra madrecita…
- Para pedir a la Virgen….
- Para felicitar a nuestra madre…..
- Porque ella nos cuida…..
- Porque es su cumpleaños.....

Sí, la Virgen de Guadalupe representa una madre para el pueblo mexicano, aún para personas  que no son religiosas.


Es mágico constatar cómo nuestras tradiciones nos unen como mexicanos, como hermanos, sin importar condición social, edad o ideología.
Trabajemos  por conservarlas y transnmitirlas a las jóvenes generaciones.