lunes, 27 de enero de 2014

LA FAMILIA PEQUEÑA VIVE MEJOR, ¿TE LO CREÍSTE?


A la voz de “menos para darles más”, varias generaciones de seres humanos han buscado esta opción para formar una familia. En algunos países esta idea de familia perfecta era impuesta por el propio gobierno, como es el caso de China.

Al existir ya varias generaciones de familias de un solo hijo, China ha sido un excelente laboratorio para saber cómo se desarrollan los niños en este tipo de estructuras familiares “ideales”. Para la sorpresa de muchos, los resultados muestran elementos que cuestionan los beneficios que las políticas demográficas parecen haber alcanzado.

La socióloga Vanessa Fong, de la Universidad Amherst de Massachusetts, ha seguido a un grupo de 2,273 “pequeños emperadores”  de China, desde 1998, entrevistando a un grupo grande cada año, para ver cómo su vida se veía beneficiada por crecer con todos los recursos familiares concentrados en su desarrollo.

La Dra. Fong encontró que aunque algunos se encontraban contentos de tener toda la atención de sus padres para ellos solos, otros sentían que la responsabilidad de cuidar a sus padres y de llenar sus expectativas pesaba mucho en sus hombros y habían limitado su vida, al tener que vivir cerca de ellos y mantener un empleo estable para garantizar su sostenimiento, en vez de perseguir sus propios intereses.

Además de demostrar que los niños críados en guarderías u otros ambientes, no sustituyen el beneficio que mostraba el tener hermanos, como se podría esperar.

Éste y otros estudios, como el de la Universidad de Melbourne y la Universidad de Monash en Australia, han sacado a la luz aquello que las políticas demográficas han negado a los hijos únicos.

 En estos estudios se encontró que los hijos únicos son más desconfiados y pesimistas, menos confiables y menos dispuestos a tomar riesgos, menos competitivos y conscientes. (1)


Inclusive, un estudio de la Universidad de Ohio, en Estados Unidos, ha encontrado una relación entre el número de hermanos en una familia y la reducción de la probabilidad de fracaso en una relación de pareja, en donde se llega a la conclusión de que por cada hermano más que exista en una familia, se reduce en un 2% esta probabilidad.(2)



Ante esta evidencia de tipo cualitativo, que nos muestra una cara poco conocida de los logros en la reducción de la población en el mundo, nos queda evaluar los beneficios, a lo mejor materiales y económicos contra los efectos que tienen sobre los niños y familias que intentan ayudar.

El factor humano está, muchas veces, ausente en la toma de decisiones a nivel nacional e internacional, donde sólo se alcanzan a ver los números y las tendencias.

Estudios como estos podrían brindar el lado humano de esos números y estadísticas y agregar el factor “humanizante” que matizará las políticas adoptadas a nivel global. También ayudaría el incorporar a las estructuras de decisión, instituciones que están más cerca de las familias y que viven sus realidades de primera mano. Instituciones como las escuelas, las iglesias,los cuerpos de médicos,  con su experiencia de siglos en la atención de familias, jóvenes y niños, y que siempre alza la voz para hacer ver que son personas las que se cuentan y presentan en las estadísticas.


Por Ana Elena Barroso



(1) http://www.sciencemag.org/content/339/6122/953.abstract


http://www.mercatornet.com/demography/view/13206

jueves, 16 de enero de 2014

¿JUEGAS CONMIGO?


Laura Hijosa Torices*


 Como para cualquier chico, el juego es fundamental para un adecuado desarrollo emocional, social y cognitivo. Para los niños y niñas con autismo el juego es además una de las herramientas terapéuticas más importantes con las que contamos, por lo que no podemos menospreciarlo.
De este modo, algunos de los aspectos más importantes que debemos considerar de cara a los tipos de juego, tipos de juguetes y de tiempos o duración del juego son los siguientes:
·      Es fundamental que siempre se parta de los intereses del niño. De este modo fomentamos su motivación hacia la relación social, despertamos su interés hacia el mundo y no les generamos frustraciones.

.  Somos nosotros, los adultos, 
quienes nos debemos adaptar a 
ellos y nunca tratar de que el niño 
o niña lo haga hacia nosotros, 
a nuestros tiempos e intereses. No olvidemos que el acto de jugar es siempre algo voluntario y divertido.
·      Debemos respetar la edad y el momento evolutivo del niño, sus necesidades de aprendizaje, sus habilidades, destrezas, etc.
·      El tiempo de juego debe incluirse dentro de su rutina diaria, al principio este tiempo será más reducido, ellos mismos nos lo marcarán, y de manera paulatina podremos ir ampliándolo.
·      Buscar el potenciar la comunicación y la relación social.
·      Estar atentos a las necesidades que surjan durante el tiempo de juego, las emociones, las querencias, etc.

.  Respecto al tipo de juego, hay que perder el miedo a introducir o a probar con algún objeto o actividad nueva de vez en cuando. Es recomendable comenzar el tiempo de juego con algún juguete o actividad que guste al menor, seguir con algo novedoso, o alguno que hayamos elegido para trabajar un aspecto concreto, y finalizar éste de la manera en que el chico prefiera. También hay que tener en cuenta que, tal vez para media hora de juego dirigido necesitemos cinco o seis actividades y juegos diferentes.
.  Por otro lado, es importante –siempre en función de las necesidades y capacidades de la persona con autismo- anticipar y estructurar ese tiempo de juego, para lo cual es recomendable utilizar una agenda de fotografías, pictogramas o incluso de dibujos hechos a mano que anuncien lo que se va a hacer a continuación.
Algunas ideas de juegos y actividades que podemos hacer son: canciones, masajes corporales, cosquillas, juegos de interacción social, burbujas de jabón, escuchar música, armar rompecabezas, tener actividades de juego funcional (dar de comer a los muñecos, vestirles, etc.) actividades de juego simbólico (familias, amigos, médicos, cocinitas, compras, casitas de muñecas), juegos de mesa, entre otros.
Finalmente, hay que destacar la necesidad de los tiempos de juego libre o juego no dirigido, lo cual no significa que no sea vigilado por el adulto, ya que hay que cuidar que durante estos momentos no predominen por ejemplo las obsesiones o las conductas autolesivas, debiendo frenar siempre estas últimas.

*Federación Autismo Madrid
Colaboración de Fundación Teletón México.
“La empatía: Nos hace vivir el sentir ajeno”.
Bojorge@teleton.org.mx