viernes, 28 de agosto de 2015

ABUELOS PARA SIEMPRE



Laura Costas


“Los abuelos no sólo cuidan nietos, son el tronco de la familia, aportan sentido y pertenencia”

Cada vez es más frecuente encontrarnos con abuelos, abuelas y hasta bisabuelos que están  en las Redes Sociales: chatean con sus nietos, participan en los grupos familiares, contactan a sus amigos y dedican varias horas de su tiempo a esta actividad.
Encontramos que esto es muy positivo por varias razones:
Ocupan su tiempo
Se comunican con familiares y amigos cercanos o lejanos
Están enterados de lo que pasa en la familia y en su entorno.
Algunos estudian “en línea” y siguen aprendiendo y creciendo

También  facilita la interacción que todavía en México, tenemos entre los miembros de la familia.
A pesar de que en los últimos tiempos la complicación de las grandes ciudades, los estudios en el extranjero y el desplazamiento por razones de trabajo van siendo cada vez más comunes, generalmente es  una realidad que, al menos en las fiestas importantes y celebraciones, las familias gustan de estar reunidas incorporando a los papás, hermanos, nueras, yernos,  primos, sobrinos, y no se diga, a  los abuelos.



Los roles que ellos representan en cada familia son de una gran importancia para la unión familiar y la formación de los nietos. Algunos abuelos perduran para siempre en  la historia y el corazón de sus nietos.

Abuelos enriquecedores: Comunican amor incondicional que se manifiesta a través de atención, interés y tiempo. Relación cálida, cercana y aceptante. Aman a cada uno tal y como es. “Te quiero por ser TÚ”,  sin condiciones

Transmisores de historias y esencia familiar”: puentes entre el pasado y el presente, raíces, sentido de familia. ¿Quién no recuerda las historias, anécdotas, fotografías y sueños que nos platicaron los abuelos? ¿Las frases y dichos “familiares” que se transmiten de generación en generación?

“Coaches”: Promueven el desarrollo de los nietos comunicando destrezas y habilidades que les abren horizontes. En ocasiones, se hacen cargo de ellos durante el día para facilitar que ambos padres trabajen. En las crisis, son sabios acompañantes y  consejeros.

Modelos de crecimiento: Testimonio de vida, envejecer con dignidad, deseos de aprender y seguir creciendo hasta el día de su muerte.
Abuelos y hasta Bisabuelos que se inscriben en la Universidad, que están comprometidos en programas de ayuda social, que aprenden computación para estar en contacto con los nietos y con el mundo actual.

Sabiduría y experiencia acumulada: madurez adquirida a través de los años de experiencia, logros y fracasos.


 
Transmisores de tradiciones: ¿Se acuerdan de los viajes con los abuelos, del “nacimiento” y el árbol que montaba todas las Navidades?
Y, por supuesto, había que cantar la posada la víspera de Navidad, rezar, besar al Niño y ponerlo en el pesebre. Comer la Rosca de Reyes, el Pan de Muerto, los Altares del Día de Muertos……

Cuántas personas,, entre ellas el Papa Francisco  y nuestro jugador internacional Javier Hernández, el Chicharito, han dicho: ”Mi abuela me enseñó a rezar”.
Los recuerdos acuden a nuestra mente: “mi abuelo me enseño a manejar, mis abuelos nos llevaron a conocer la iglesia dónde se casaron”,  “mi abuelito nos llevaba al circo”, sería interminable tratar de registrar todo lo que se viene a nuestra mente.

Transmisión de valores:  “Mi abuelo me pasaba todo, menos que dijera mentiras”, comentó un hombre en los funerales.
“Mi abuela me enseñó a valorar la honestidad, la cortesía y el amor” dice una amiga mía.

Aprovechar  el tiempo que permanezcan con nosotros, apreciar el amor incondicional que dan a nuestros  hijos, perdonar  sus imprudencias o repeticiones, enseñar a los hijos, con el ejemplo,  a amarlos y respetarlos.

LOS ABUELOS DEJAN HUELLAS IMBORRABLES EN EL ALMA DE SUS NIETOS






sábado, 22 de agosto de 2015

¡AYUDA! NO DUERMO POR PESADILLAS DE LOS NIÑOS


 Georgina Montelongo L.




La fantasía de los niños, a veces suele hacerles pasar malos ratos. Un ejemplo, son los miedos nocturnos, que aparecen justo cuando llega la hora de ir a la cama, casi siempre acompañados de angustia o ansiedad. Lidiar cada noche con monstruos, fantasmas y brujas, no solamente altera su sueño, sino que puede afectar su salud en general. Para brindarles el apoyo que requieren, es necesario rodearlos de un ambiente de comunicación, confianza y seguridad.

La psicóloga Lía Iñiguez, del Instituto Nacional de Pediatría (INP), comenta: “Estos temores fantásticos son muy comunes durante la infancia. Se presentan, por lo general, entre los dos y los diez años de edad, y forman parte del crecimiento de cualquier niño. 
En este sentido, la sugerencia es que los padres estén lo mejor informados posible, sobre las probables causas que los originan para saber cómo actuar en esos momentos”.

La especialista afirma que veces, el miedo se presenta por algo que vieron en la televisión o en alguna película, y que les causó una fuerte impresión: “Es probable que las imágenes observadas, les hayan provocado una emoción negativa intensa. 
Esto queda grabado en su mente de tal forma, que cuando llega la hora de dormir y la posibilidad de quedar a oscuras, dicha emoción vuelve a invadirlos y por lo tanto, las imágenes que tanto los impresionaron aparezcan nuevamente en su pensamiento”.

Este mecanismo, es parte del temor a la oscuridad que algunos manifiestan antes de acostarse, por lo que no quieren quedarse solos, por ningún motivo, y les cuesta mucho trabajo dormirse. 



Sin embargo, la ausencia de un sueño tranquilo que les permita realmente descansar, puede traerles como consecuencia un desequilibrio que se refleje en enfermedades,  en síntomas como mal humor, nerviosismo, falta de apetito, dolores de cabeza y baja energía, entre otros.

Para dar respuesta al problema y ayudar a los pequeños a recuperar un sueño tranquilo y reparador de energías es necesario abrir los canales de comunicación, para que los niños expresen libremente a qué le temen. 

La psicóloga Lía ÍÑIGUEZ  explica que al mostrar interés y respeto por lo que manifiestan, los ayudará a ellos a sentir confianza, y a sus padres a saber cómo intervenir. 

Una manera de transmitirles seguridad, es reiterarles que no están solos. Además, recomienda tener cuidado de no caer en conductas de sobreprotección, pues esto puede debilitarlos, cuando lo que se pretende es todo lo contrario.



“Compartir juntos un libro en donde se explique paso a paso el proceso de cómo se hace una película de dibujos animados, por ejemplo, puede contribuir enormemente a calmarlos. Ver que todos esos personajes terroríficos que los asustan tanto no son reales, sino producto del trabajo de dibujantes, ingenieros, actores, técnicos, etc. reducirá su temor. Incluso, animarlos a dibujar o a “jugar al teatro” disfrazados de aquello a lo que más le temen, puede ayudar al mismo objetivo”, sostiene la especialista.



Existen también algunas acciones específicas que sirven para relajarlos, como hacer juntos respiraciones profundas, darles un baño de agua tibia antes de dormir, permitirles abrazar a un “buen amigo de peluche” para que se sientan acompañados o prenderles una lamparita de noche en su habitación. También se sugiere evitar hasta donde sea posible, que duerman en la misma cama de sus padres, pues esto no es sano para nadie.

Es importante brindarle al niño un ambiente de seguridad, ya que de esto dependerá que su sueño sea reparador y tranquilo, lo que conlleva el mantener un buen estado de salud; por esta razón, ayúdalo para que enfrente sus temores nocturnos.


Bojorge@teleton.org.mColaboración de Fundación Teletón México.