sábado, 22 de agosto de 2015

¡AYUDA! NO DUERMO POR PESADILLAS DE LOS NIÑOS


 Georgina Montelongo L.




La fantasía de los niños, a veces suele hacerles pasar malos ratos. Un ejemplo, son los miedos nocturnos, que aparecen justo cuando llega la hora de ir a la cama, casi siempre acompañados de angustia o ansiedad. Lidiar cada noche con monstruos, fantasmas y brujas, no solamente altera su sueño, sino que puede afectar su salud en general. Para brindarles el apoyo que requieren, es necesario rodearlos de un ambiente de comunicación, confianza y seguridad.

La psicóloga Lía Iñiguez, del Instituto Nacional de Pediatría (INP), comenta: “Estos temores fantásticos son muy comunes durante la infancia. Se presentan, por lo general, entre los dos y los diez años de edad, y forman parte del crecimiento de cualquier niño. 
En este sentido, la sugerencia es que los padres estén lo mejor informados posible, sobre las probables causas que los originan para saber cómo actuar en esos momentos”.

La especialista afirma que veces, el miedo se presenta por algo que vieron en la televisión o en alguna película, y que les causó una fuerte impresión: “Es probable que las imágenes observadas, les hayan provocado una emoción negativa intensa. 
Esto queda grabado en su mente de tal forma, que cuando llega la hora de dormir y la posibilidad de quedar a oscuras, dicha emoción vuelve a invadirlos y por lo tanto, las imágenes que tanto los impresionaron aparezcan nuevamente en su pensamiento”.

Este mecanismo, es parte del temor a la oscuridad que algunos manifiestan antes de acostarse, por lo que no quieren quedarse solos, por ningún motivo, y les cuesta mucho trabajo dormirse. 



Sin embargo, la ausencia de un sueño tranquilo que les permita realmente descansar, puede traerles como consecuencia un desequilibrio que se refleje en enfermedades,  en síntomas como mal humor, nerviosismo, falta de apetito, dolores de cabeza y baja energía, entre otros.

Para dar respuesta al problema y ayudar a los pequeños a recuperar un sueño tranquilo y reparador de energías es necesario abrir los canales de comunicación, para que los niños expresen libremente a qué le temen. 

La psicóloga Lía ÍÑIGUEZ  explica que al mostrar interés y respeto por lo que manifiestan, los ayudará a ellos a sentir confianza, y a sus padres a saber cómo intervenir. 

Una manera de transmitirles seguridad, es reiterarles que no están solos. Además, recomienda tener cuidado de no caer en conductas de sobreprotección, pues esto puede debilitarlos, cuando lo que se pretende es todo lo contrario.



“Compartir juntos un libro en donde se explique paso a paso el proceso de cómo se hace una película de dibujos animados, por ejemplo, puede contribuir enormemente a calmarlos. Ver que todos esos personajes terroríficos que los asustan tanto no son reales, sino producto del trabajo de dibujantes, ingenieros, actores, técnicos, etc. reducirá su temor. Incluso, animarlos a dibujar o a “jugar al teatro” disfrazados de aquello a lo que más le temen, puede ayudar al mismo objetivo”, sostiene la especialista.



Existen también algunas acciones específicas que sirven para relajarlos, como hacer juntos respiraciones profundas, darles un baño de agua tibia antes de dormir, permitirles abrazar a un “buen amigo de peluche” para que se sientan acompañados o prenderles una lamparita de noche en su habitación. También se sugiere evitar hasta donde sea posible, que duerman en la misma cama de sus padres, pues esto no es sano para nadie.

Es importante brindarle al niño un ambiente de seguridad, ya que de esto dependerá que su sueño sea reparador y tranquilo, lo que conlleva el mantener un buen estado de salud; por esta razón, ayúdalo para que enfrente sus temores nocturnos.


Bojorge@teleton.org.mColaboración de Fundación Teletón México.

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