CUANDO VEN LAS BARBAS DE SU VECINO
CORTAR……….
… en México se quieren poner las leyes a remojar.
El PRD se apresta a proponer una iniciativa de ley para legalizar o
despenalizar la marihuana en México.
La dimensión del asunto es
enorme y las aristas del tema son múltiples. Por ello, es conveniente que nos
ubiquemos un poco en el contexto de lo que está pasando con esta droga en varios aspectos a manera de
tener ciertas bases para poder calificar lo que seguramente se pretenderá imponer.
En lo general, la marihuana es la droga ilegal más popular del mundo. Junto
con el alcohol y el tabaco son las drogas de entrada a otras sustancias ilegales y situaciones de riesgo. A raíz de
esto, cada vez más se reporta en el mundo el uso de “polidrogas”, es decir, el
consumo simultáneo de varias sustancias ilegales con consecuencias
impredecibles.
Para el año 2010, se estima que entre casi 3 y 5% de la población mundial adulta ( de 15 a
64 años)utilizó marihuana, cifra similar a la de 2008.(UNOCD)
Los países /zonas del mundo con mayor prevalencia en el uso de cannabis
son Australia y Nva Zelanda seguidos por
Norteamérica ( Canadá, EU y México), Europa Central y Occidental y África Central y Occidental .
El caso de Asia es particular puesto que, aunque la prevalencia permanece baja, la
densidad de población la pone en primer
lugar si se toma en cuenta el número de personas consumidoras. (Reporte”
Recientes estadísticas y análisis de tendencias de los mercados de drogas ilícitas” UNOCD,
2010).
En el caso particular de Estados Unidos, según el reporte, la
prevalencia en el uso de cannabis siguió aumentando de 2009 a 2010 (de
13.7 a 14.1%) entre la población adulta
(15 a 64 años) y de acuerdo a encuestas escolares la prevalencia de uso
entre adolescentes va en aumento al igual que en estudiantes de High School donde ésta es
del 25%.
La percepción sobre el riesgo de consumir que tienen los jóvenes en la
actualidad es de una baja preocupación por consumir en una sola ocasión
marihuana o cocaína y una creciente percepción de que consumir en una o más
ocasiones no es tan riesgoso. (Informe Hemisférico Evaluación del progreso del
control de drogas, quinta ronda de evaluación. Mecanismo de Evaluación
Multilateral (MEM)Cicad, SSM, OEA 2011)
De acuerdo a la más reciente Encuesta Nacional de Adicciones en México
(2008 INSP), la marihuana y la cocaína son las sustancias preferidas por la
población donde, a pesar de que la incidencia es mayor en hombres, la de
mujeres se ha duplicado. Según los datos, el consumo de marihuana aumentó de 3.5% a 4.2% entre 2002 y
2008.
Simultáneamente, el 1.6% de los jóvenes en México entre 12 y 17 años, la
ha consumido .
Geográficamente, la mayor prevalencia en el uso de cualquier droga
ilegal se concentra en el Noroccidente del país y la más baja, en la región Sur.
Respecto a Centro y Sudamérica, estas zonas destacan recientemente por
el crecimiento que ha mostrado el consumo y su prevalencia (principalmente en
Brasil y Argentina).
Costos/Consecuencias:
Nadie puede dudar que el consumo de drogas tiene un costo
importantísimo para los gobiernos por
las negativas incidencias sobre la salud. Pero la sociedad en general también
absorbe un enorme costo reflejado no sólo en una baja en productividad sino al
que relaciona el consumo de drogas con diversos crímenes y accidentes.
En el caso de México, la violencia por el control de la distribución y
rutas de drogas es un costo adicional.
Cifras de 2007 (INEGI) arrojan que en México, las muertes que presentan mayores porcentajes con relación al
consumo de marihuana son: atropellamiento bajo intoxicación (6.5%) ,muertes por
accidentes de tránsito 15.1% y 5.4 por
ciento de las muertes por caídas que ocurrieron bajo los efectos de la marihuana.
Asimismo, la muerte por asfixia ocurrió en 23.7% de los
casos por el uso de esta droga.
Producción/Comercialización:
La producción de cannabis a nivel mundial se concentra en México, seguido
de Estados Unidos y Canadá (UNOCD: The threat of narcotrafficking in the
Americas, oct 2008) aunque se estima
que el 90% de los países la producen en mayor o menor medida. Asimismo, el
cultivo a nivel doméstico ha crecido exponencialmente lo que aumenta la oferta.
En Sudamérica, llama la atención el crecimiento de la producción en Paraguay
desde el 2005.
La producción en México se ubica principalmente en la costa del
Pacífico (Sinaloa, Michoacán, Guerrero,
Jalisco, Oaxaca y Nayarit) aunque también se cultiva en la región centro/norte
(Chihuahua y Durango).
Es importante señalar que todas las estadísticas:
(producción, distribución, incautación y
consumo) difieren entre las muchas agencias/fuentes que se dedican a esto y por
cuestiones diversas ( tipo de medición, apertura de gobiernos etc. ). Tomando
esto en consideración, “ se dice” que, de la producción mexicana de marihuana, se
estima que en el propio país se consume el 10% y el 90 se exporta a Estados
Unidos –básicamente- y que entre el 40 y el 67% de la marihuana consumida en EU
, viene de México.
El
factor común, a pesar de las divergencias, es que Estados Unidos es el mayor consumidor
de la marihuana producida en México y que el estado de California es el mayor
cliente (de acuerdo a RAND Corporation, consume la séptima parte del total estadounidense
y a la vez, es el mayor productor en ese país)
El cártel que más exporta marihuana a EU
es el de Sinaloa pero no hay uniformidad informativa en cuanto a cantidades ni
en cuanto a la distribución porcentual del mercado norteamericano entre todos
los cárteles.
Impacto
de legalización en cárteles mexicanos:
RAND Corp (en su estudio: “Reducing drug
trafficking revenues and violence in Mexico. Would legalizing marijuana in California
help?”) considera que las estimaciones que suponen que el
60% de las utilidades brutas de las organizaciones de narcotraficantes viene de la exportación de marihuana a EU,
están totalmente equivocadas. Tomando a California ( mayor estado consumidor y
productor en EU) como un proxi para tratar de medir el impacto de una
legalización local, éste sería sólo de entre 2 y 4% para los cárteles mexicanos.
Sin embargo, si California expandiera la venta de su producción a otros estados
de la Unión Americana a precios evidentemente más competitivos que los actuales
de importación, la pérdida de utilidades para las organizaciones
narcotraficantes sería de alrededor del 20%. Consideran también que en relación
a la violencia, algunos mecanismos sugieren que ésta se incrementa ante la baja
de ingresos en el corto plazo pero baja en el largo plazo.
Lo que este estudio no considera es la
multiplicidad de actos delictivos en los que estas organizaciones se han
incrustado y la posibilidad de incrementarlas para resarcir posibles pérdidas
así como el hecho de poder empezar a comercializar otras drogas (de hecho ya se
hace).
De ahí que el impacto en utilidades de los cárteles no
parece ser un objetivo viable que justifique la legalización de la marihuana en
México ni garantice un descenso en la violencia (factores como la permanencia
de una guerra territorial quedan en duda).
Queda pendiente, y quizá sea lo más
relevante, qué parte de la cadena producción-consumo se regularía y cómo.
Si
la seguridad pública será un “justificante” para la legalización, ¿cómo se
definiría ésta? ¿por impacto en la salud ó por los muertos en la guerra de
cárteles ó por ambos?
Si la marihuana es, como el alcohol, de las
drogas más consumidas, habría que calificar el éxito de las medidas sobre el
control de éste último en base a los índices de su consumo (que aparentemente
van en aumento y a menor edad inicial) y las estadísticas sobre problemas de
salud consecuentes, como indicativos de lo que se tiene capacidad de hacer
sobre la marihuana en lo relativo al consumo interno.
Muchas otras interrogantes están en el aire. Legalizar la marihuana en
México es hacerlo en el país que más produce y eso conlleva una responsabilidad
enorme; interna y externa.
Corremos el riesgo de que se adopten
medidas simplistas, sin visión de largo plazo, sin consulta a la población, de
fast-track. De ahí que cuanto más informados estemos, más argumentos se podrán poner
en voz pública para generar un auténtico y responsable debate.