Para quienes como tú y yo no sabemos con claridad el
significado del Día Panamericano,
podremos considerar que como personas interesadas en todas las manifestaciones
culturales, tribales y sociológicas existentes, nos producen un cierto interés
por lo desconocido y por lo misterioso del tema.
No voy a tratar la historia del asunto, de ella podrán
ilustrarnos los historiadores y los antropólogos culturales, más bien quiero
exponer mi personal punto de vista en la necesidad de dar “entrada”, “ánimo” y
“entendimiento” a todos aquellos que sin
desearlo están inmersos en la época actual.
Son interesantes los esfuerzos que diferentes instituciones
han aportado para “actualizar” a estos grupos, pero ¿estaremos en lo correcto?
cuando queremos darles a conocer las ventajas de la tecnología, de la
alimentación balanceada, de la educación contemporánea, etcétera. Porque consideramos
que “ellos” no son lo suficientemente felices y actualizados en diferentes
terrenos que nosotros consideramos como avances y logros de la humanidad.
Me resulta simpática la aportación de instituciones como
la FAO –Food & Agriculture -(Organización Mundial de Alimentación y
Agricultura) en la que en la década de los 80´s aportó una cantidad de 30
millones de dólares a una comunidad de “sub-desarrollados” en África, para
poder asegurarles pozos de agua de la más avanzada tecnología hasta ese momento
conocida. El fracaso no tardó en aparecer en la primera de tres evaluaciones,
se gastaron la tercera parte del presupuesto, con un avance del 10% real. Ante
la pregunta ¿qué se “planeo” mal?, no tardaron las excusas y justificaciones.
Hasta que dejaron que los “humanistas” pudieran dar una idea profunda y nodal.
¿Les parece que una comunidad que vive en la edad de piedra, deba pasar a la
edad moderna en menos de un año?, ¿es factible que en lugar de dar un salto de
veintitantos siglos, deberíamos dar un salto de diez siglos, con una eficacia
más semejante a la prevista? Una vez más la idea es más poderosa que la
economía.
A cuento de qué les comento este tema, porque estoy
convencido que aunque no soy antropólogo cultural y como educador me he movido
en lugares más bien citadinos......
cuando me ha tocado “intervenir” en este tipo de
comunidades para algún proyecto concreto, este recuerdo me ha ayudado mucho a
“valorar” a quienes serán los destinatarios finales, tomando en cuenta sus condiciones
históricas, sus costumbres, sus creencias y su forma de ver la vida y su
relación con el cosmos.
Por Alfonso Muñoz Flores
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