viernes, 14 de junio de 2013

SER LEGAL NO LO HACE MORAL



Por Laura Costas

 


El tema  de la legalización de la marihuana ha traído a colación múltiples declaraciones de personas que ocupan un lugar de liderazgo en la sociedad como, por ejemplo, Obama, Fox y últimamente Mancera se ha unido a la apertura de considerarlo.



Se habla de producirla y comercializarla, buscando la ventaja de quitar el dinero a los cárteles y permitir que empresarios privados hagan un buen negocio pagando a  los gobiernos los  impuestos por las utilidades.



En caso de ser legal, como ya lo es en varios estados de la Unión Americana, puede sonar razonable y hasta conveniente lo que postulan:


  •       Resultará  efectivo en cuanto a desaparecer el “mercado negro” y la guerra de los cárteles que manejan el negocio.
  •      La ganancia  pasa a manos de la iniciativa privada que sacaría buen provecho, totalmente dentro de la legalidad y pagaría impuestos.
  •       Los adictos consumirían un producto bien cultivado y sin mezclas que perjudiquen su salud, -mediante receta médica- y en establecimientos autorizados. 

 



Suena bien, ¿verdad?




Pero ¿qué pasa con el principio ético que 
debe regir la legislación de cualquier ley y 
el compromiso de los ciudadanos?



Ya Sócrates Platón, y Aristóteles, enfatizaron la distinción entre "naturaleza" y "ley,"  "costumbre," o "convención". 
Lo que la ley ordenaba podía implementarse  de acuerdo al lugar, pero lo que era "por naturaleza" debía ser lo mismo en todas partes. 
Aristóteles (384—322 a.C.) es considerado por muchos el padre de la "ley natural."



El hombre, por naturaleza, busca el  bien y trata de evitar el mal.

Nadie debería  ordenar o establecer algo  que es contrario a la dignidad de la persona y a la ley natural.



En el caso que nos ocupa, dicha legislación:



§  Falta al respeto a la dignidad de la persona, autorizando la comercialización de un producto que es dañino para su salud física y psicológica.

§  Se argumenta que los jóvenes consumirán algo menos dañino. Pero, menos dañino, no es en ningún momento sano ni conveniente para el individuo.

§  El convertir en “legal” un acto contrario a la naturaleza humana,  no lo convierte en un acto ético ni moral.


 Juan W. Zinser, en su artículo publicado en Reforma el 14 de junio de 2013.
Oncólogo y miembro del comité de adicciones de los Institutos Nacionales de Salud



“El debate sobre la marihuana es multifactorial y debe conducirse con gran profesionalismo, cuidando no sólo las conclusiones a que se llegue sino también los mensajes que se emitan durante el proceso. Sin dejar de analizarlo, se debe desmitificar lo que ocurre en otros países y tener presente que cuando se trivializa el tema automáticamente se utiliza más.



¿Cuál es la mejor forma de legalizar su cultivo? Dado que en consecuencia se estimularía la producción, promoción, venta y consumo.

¿Queremos aumentar el uso de otra droga para que la sociedad se convenza que sí es dañina?”












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