Por Kendra Montero
La mayoría de los padres del mundo tienen un anhelo
en común: lograr que sus hijos sean seres felices y plenos en todo momento de
su vida. Con este fin hacen su mejor esfuerzo, trabajan horas extras, dedican tiempo
a generar un ambiente de bienestar a su alrededor e invierten, cada uno desde
sus posibilidades económicas, importantes cantidades de dinero para sustentar
su educación académica, darles vestido y alimentación digna.
Pero hay que reconocer que en esta búsqueda de
cubrir todo el aspecto material, es común que asuman como prioridad el campo
material y se olviden de las relaciones familiares, el ejemplo que se les
brinda a partir de la manera en que se concibe la vida y se enfrenta, son la
base que determina los elementos que tendrán los chicos para desenvolverse en
este campo.
Wayne W. Dyer, autor del libro La felicidad de
nuestros hijos, Editorial Debolsillo afirma al respecto:
“¡Debes ser un ejemplo viviente! Es esencial mostrarles a los niños el retrato de una persona que se respete a sí misma, si es eso lo que quieres inculcarles. Importa que seas coherente con tu propia vida si piensas ser un auténtico ejemplo para los niños… Podrás buscar las respuestas en todos los libros sobre bebés que se han escrito, pera para un niño sin motivación no hay mejor respuesta que una persona motivada”.
“¡Debes ser un ejemplo viviente! Es esencial mostrarles a los niños el retrato de una persona que se respete a sí misma, si es eso lo que quieres inculcarles. Importa que seas coherente con tu propia vida si piensas ser un auténtico ejemplo para los niños… Podrás buscar las respuestas en todos los libros sobre bebés que se han escrito, pera para un niño sin motivación no hay mejor respuesta que una persona motivada”.
Tú, ¿qué valoras?
Cuando un padre define qué es lo que tiene mayor
significado para él en la vida, tendrá elementos para transmitirlo a sus hijos.
El autor advierte que existen cuatro puntos fundamentales en los que es
necesario trabajar para brindarles herramientas que los lleven a lograr una
vida adulta, sana emocionalmente y que dependen de tu propia actuación:
2.
Trata a cada
hijo como un individuo único: Hacerlo va más allá de evitar comparaciones. Es
la aceptación genuina de esa persona como creación única que tiene dentro de sí
un potencial ilimitado para llegar a ser cualquier cosa que decida a lo largo
de su vida.
3. Dale oportunidad
de ser responsable y que tome decisiones: Los niños necesitan asumir
compromisos, y no que sus padres lo hagan por ellos, pueden aprender a confiar
en sí mismos haciendo, y no viendo cómo otra persona hace las cosas por ellos.
Los niños que muy temprano empiezan a tomar decisiones, aprenden muy pronto a
gustarse y a sentirse positivos con respecto a lo que son.
4.
Enséñales a
disfrutar la vida todos los días: Quienes viven en un medio ambiente positivo
aprenden a ser positivos con respecto a sí mismos. Muéstrales con tu propio
ejemplo que estás agradecido de encontrarte vivo, que éste es un hermoso lugar
para vivir, y que es el mejor momento en la historia de la especie humana, por
ejemplo: lavar los trastes es un buen momento para sentirse agradecido de tener
comida o cambiar una llanta ponchada, es una oportunidad para apreciar el hecho
de poseer un coche.
La elección de pareja, la forma de relacionarse socialmente, sus aspiraciones y hasta la forma en que se mira a sí mismo, está influenciado en gran medida por sus padres, de ahí que para brindarle realmente lo mejor, es necesario transmitirles con acciones el camino.
La elección de pareja, la forma de relacionarse socialmente, sus aspiraciones y hasta la forma en que se mira a sí mismo, está influenciado en gran medida por sus padres, de ahí que para brindarle realmente lo mejor, es necesario transmitirles con acciones el camino.
Colaboración de Fundación Teletón México.
“El compromiso
es una decisión, no un acto obligado”.
Bojorge@teleton.org.mx
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