EL CHARRO
Hombre recio y campirano,
tus manos encallecidas
por los trabajos cotidianos
llevan con garbo las bridas
de un potro alazán tostado.
La chaqueta rebordada.
el sombrero galoneado,
las botas muy bien pulidas
y las espuelas plateadas.
En tu silla bien montado
traes en el alma prendida
la pasión por tu ganado
y el amor por tu china.
Jinete que en la estampida
cruza el campo mexicano,
es tu silueta querida
símbolo de valentía
y es tu fama conocida
por viril y por bravía.
Charro gentil y galano
caballero mexicano
hijo de la patria mía,
sigue cabalgando ufano
que tu valor y tu hombría
son ejemplo charro hermano,
del temple del mexicano
y de un pueblo de gran
valía.
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