Comparto
la carta de un querido ex alumno. Sé que les gustará.
Gracias
Raúl
Laura
Costas de Labarthe
SI EL REAL MADRID LO FIRMÓ PARA VENDER
CAMISETAS, QUE CUENTEN CON LA MÍA.
La compré
ya. Con el 14 en la espalda y su nombre: Chicharito.
Es para
Nico, mi hijo, que independientemente de lo mal que me hace sentir yéndole al
Madrid cuando yo soy fanático total del Barcelona, ama al Chicharito.
Y eso me
encanta. Me encanta que tenga como ídolo al Chicharito. Me encanta que, con la
ilusión, la inocencia y la falta de maldad que tienen los niños, Nico lo vea
como un ejemplo a seguir.
Para Nico,
el Chicharito firmó con el Real Madrid porque es un jugadorazo, punto. No se ha
puesto a ver si “es un préstamo” y no le interesa ni entiende eso de que “lo
firmaron por un tema de mercadotecnia y nada más”, aunque eso sí, lo primero
que hizo fue pedir su camiseta con el 14. Para Nico el Chicharito es un crack.
Un crack que juega en nuestra selección y al que vio jugar y anotar goles, de
todo tipo, en el Manchester United. Nico,
como niño y como mexicano, está orgulloso del Chicharito y de todo lo
que ha logrado,.
Y ése es
justo el tipo de ejemplo que yo quiero que tenga mi hijo:
El de un
chavo joven, sin vicios, que a su corta edad ha logrado muchísimo. Un chavo
disciplinado, enfocado, que trabaja como el que más. Que siempre responde
centrado a cualquier cosa que le preguntan y que jamás parece creérsela
demasiado. Que no necesita hacerse un corte de pelo ridículo ni 500 tatuajes
para llamar la atención. Un chavo sencillo, que siempre tiene los pies en la
tierra. Que sonríe para las fotos y se detiene a firmar lo que le pidan. Esto
me consta porque tuve la oportunidad de filmar con él en un par de ocasiones y
lo vi hacerlo: convivir de manera sencilla con la gente que se lo pedía,
mientras podía; y trabajar cuando tenía que trabajar, sin poses. Un chavo que
quiere y se deja ver con su familia en sus presentaciones. Un tipo limpio, en
todos sentidos.
Pero más
allá de eso, me encanta que Nico vea en el Chicharito al chavo que se quedó sin
jugar un mundial infantil y no se vino abajo. Al chavo que entró desde la banca
en su primer mundial cuando tenía que ser titular y que, sin reclamar ni hacer
aspavientos de diva, respondió con goles cada vez que el tarado de Aguirre le
daba la oportunidad. Al mismo que metió goles de todos tipos en Inglaterra y
que se partió la madre en cada oportunidad, así jugara 90, 45, 10 o 3
minutos. Quiero pensar que lo que ve Nico en el Chicharito es un ejemplo de
determinación, de lucha, de no darse por vencido. Un claro ejemplo de que en
esta vida todos podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos, si nos
decidimos en verdad a lograrla. Hasta jugar en el Real Madrid, sí. Y eso me
encanta. Aunque me guste más el Barcelona que el Real Madrid.
Hoy el
Chicharito está ante una oportunidad increíble, otra vez. Y espero, de corazón,
que nos calle la boca a todos, que nos haga sentirnos orgullosos. Me parece muy
simplista pensar que un equipo como el Real Madrid decida llevar a sus filas a
un tipo que “no sirve para nada pero que va a vender camisetas en México” o en
cualquier otro país en el que vivan paisanos nuestros, tan necesitados de
ídolos. El Real Madrid ya vende más camisetas que cualquier otro club y lo
seguirá haciendo. No necesitaba al Chicharito para eso ni están ahora aliviados
porque las camisetas del 14 los vayan a “sacar de pobres”, por favor....
Por la
razón que sea, que yo estoy convencido de que es deportiva, el equipo más
poderoso del mundo ha decidido contar con el Chicharito. ¿Que no va a ser un
titular indiscutible?, no. ¿Que le va a costar muchísimo trabajo sumar
minutos?, sí. Pero es justo ése el tipo de retos que le gustan al Chicharito.
Viene de una mala racha, sí, pero es también el segundo jugador que más goles
anotó en la Premier League entrando desde la banca. Siempre respondió. Siempre.
Y estoy seguro de que lo seguirá haciendo, aunque espero de corazón que no lo
haga en los partidos contra el Barcelona.
Y como
mexicanos, nos debería dar mucho gusto verlo en el Madrid. Aunque sea en la
banca. No tiene nada de malo estar en la banca, siempre que no te conformes con
estar ahí. Siempre que des lo mejor de ti para salir a jugar y que lo dejes
todo en la cancha cuando te toque. El Chicharito está en el equipo más poderoso
del mundo (que no el mejor, ése es el Barcelona, jeje) y está ahí por méritos
propios. Y si vende millones de camisetas es también por méritos propios. No
cualquiera lo hace. Es apenas el cuarto mexicano en la historia en jugar en el
Real Madrid.
¿Y qué
hacemos los mexicanos? (incluido yo): nos burlamos. Nos reímos. Nos quejamos.
Lo criticamos por “aceptar un rol de suplente”, por sus “pocos huevos” y por su
“suerte”, en fin.
Así somos.
Tan mal acostumbrados estamos al éxito, tan lejano lo vemos, que no lo soportamos
en otros. Que preferimos joder al que logra cosas que reconocérselas y
celebrarlas. Porque no vaya a ser que nuestro país se llene de líderes, de
triunfadores, de gente con determinación, nooo! eso podría hacerle daño a
nuestra mediocridad, a nuestra eterna pasividad y a nuestra comodidad. ¡Que
horror!
Quisiera
ver cuantos de los mexicanos que estamos hoy riéndonos del Chicharito hemos
logrado estar, aunque sea de “suplentes”, en el equivalente al Real Madrid en
lo que sea que hagamos. Quisiera ver cuantos de nosotros somos capaces de
encarar retos de ese tamaño, caer y volver a levantarnos. Cuantos seríamos
capaces de nadar contra corriente, en contra de las opiniones de todo mundo y
trabajar todos los días para alcanzar lo que queremos. Ojalá hubiéramos más,
muchos más, porque entonces nuestro México sería otro. No sería un país que
aspire a un “quinto partido” sino a ganar un mundial. Y tampoco sería, creo, un
país tan jodido en tantos sentidos.
"Te
vas como héroe, regresa como leyenda", escribí hace
unos años en un anuncio del Chicharito para Nike, con motivo de su traspaso al
Manchester United.
Hoy sigo
creyendo que así regresará: como leyenda.
Por lo
pronto, de nuevo, le agradezco y le agradeceré siempre al Chicharito por
enseñarle a mi hijo y por confirmarme a mí que uno puede alcanzar siempre todo
lo que se proponga.
Cállanos
la boca, Chicharito. Métela con la cabeza, con la nuca, con los huevos, con la
espalda. Tropieza, cae, resbálate. Yo sé que siempre te volverás a levantar. Y
aquí estaré siempre, como mexicano, celebrando tus éxitos y apoyándote en tus
fracasos, siempre orgulloso de ti.
Eres un
grande. Y eres mi héroe.
Raúl
Cardós
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