Jonathan Vázquez García y
Alfredo Guerrero Muciño*
“A donde fueres, haz lo que vieres”, dice un dicho popular que aplicamos
de manera casi inconsciente, pues a veces sin darnos cuenta nos adaptamos a las
costumbres de nuestra familia, amigos y compañeros; incluso cuando estamos en
compañía de desconocidos hacemos una lectura de su comportamiento y lo reproducimos
para adecuarnos a la situación; sin embargo, imitar a alguien que consume
drogas es una de las cosas que debemos evitar. La pregunta es ¿cómo?
La Encuesta Nacional de Adicciones reporta que uno de los mayores
factores de riesgo para iniciarse en el consumo de drogas es la influencia de
otros adolescentes que consumen. No obstante, es importante evitar la
estigmatización y considerar que la adolescencia es una etapa en la que la
convivencia con otros aumenta, y la presión se presenta de manera intencional y
no intencional para cosas positivas o negativas, en un momento de mayor
vulnerabilidad.
Lo importante es dotar a niños y jóvenes de habilidades sociales y
personales como la toma de decisiones, el control de impulsos, la autoestima y la
asertividad, entre otras, como recursos para prevenir el consumo de drogas.
¿Cómo identifico este riesgo en mis hijos?
La doctora Beatriz León Parra, jefa del Departamento de Modelos y
Tecnologías Preventivas de Centros de Integración Juvenil, afirma que los
padres de familia pueden anticiparse al consumo de drogas en los hijos, al
estar alerta de sus amistades y conductas.
Algunos comportamientos que pueden ser indicativo de que un chico está
en riesgo, son el hecho de que haya cambios repentinos en su círculo social,
así como alteraciones en su estado de ánimo, encerrarse por largos periodos de
tiempo en su cuarto, querer disfrazar olores en el ambiente, así como en su
ropa y aliento, son también señales de alerta de que quizá se esté
experimentado con el consumo de tabaco, alcohol u otras drogas. Y ante esto es
de gran utilidad reforzar el vínculo y la comunicación con ellos.
También es recomendable conocer a las personas con las que conviven, sus
gustos, hábitos e inclusive identificar algún adolescente que ya esté
consumiendo tabaco o alcohol, que son las drogas legales de inicio, puede ser
útil para identificar el riesgo y tomar cartas en el asunto.
Los cambios en las conductas individuales, como encerrarse por largos
periodos de tiempo en su cuarto, querer disfrazar olores en el ambiente, así
como en su ropa y aliento, son también señales de alerta de que quizá se esté
experimentado con el consumo de tabaco, alcohol u otras drogas.
¿Cómo prevenirlo?
La especialista considera que para prevenir el consumo de sustancias es
fundamental establecer normas y límites claros en el hogar, tarea que debe
definirse con la participación de toda la familia para que también en conjunto
se dicten consecuencias justas y consistentes cuando no se cumplan las reglas.
Es importante que este tipo de
estrategia vaya acompañada de congruencia, pues padres y madres son el ejemplo
primario para las personas más jóvenes. Asimismo, reducir la disponibilidad de
bebidas alcohólicas en el hogar y disminuir el número de eventos en los que su
consumo es algo común durante la convivencia, son factores que reducen el
riesgo y fomentan dicha congruencia.
La comunicación de afectos y sentimientos es importante para generar un
ambiente de confianza, cariño y apoyo. Informarse para poder hablar de temas
difíciles como drogas o sexualidad, es parte de asumir la correcta
responsabilidad como padres.
*Dirección de
Prevención, Centros de Integración Juvenil.
Colaboración de Fundación Teletón México.
#EscuelasLibresdeBullyng
Celeste@teleton.org.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario