Manola Caba
Muy bien; es el mes,
el día, del amor y la amistad.
Un pretexto, una conmemoración, para
detenernos por un día y recordar a los nuestros
que los queremos, que tienen nuestra amistad incondicional. Está bien, palomeado.
“Demuéstrale tu
amor”, dicen palabras más o palabras menos,
todos esos anuncios que nos advierten que ya viene, está cerca la fecha.
¡ Prepárense !
Pero…un
momento.
Puede ser que todo
lo dulce y generoso que parece implicar el “celebrar” de alguna manera ese día
no lo sea tanto. Está acotado, limitado, condicionado, me dice una
mosca en la cabeza. Quizá sea celebrado un poco egoístamente, excluyentemente y
nunca nos hemos puesto a pensar en ello.
Y no es en
referencia al consumismo, eso creo que todos lo tenemos muy claro. Es relativo
o no, dependiendo de cada quien.
“¿ Egoístamenteeee
?”, se sobresaltarán algunos pensando que es todo lo contrario.
Pues , me parece que
sí.
Si algo le falta a
este mundo nuestro en estos días es más
gente que demuestre amor (amistad) siguiendo el principio básico de “los unos a los otros“.
Y con” los otros “
me refiero a los que no están tan lejos de nuestro “círculo cercano” y a los que sí; a los que por derecho propio son cercanos pero
sólo los recordamos en ocasiones como ésta dedicándoles un poco del tiempo que
durante el resto del año les damos a cuenta gotas y a quienes nos son
totalmente desconocidos pero ahí están, necesitando actos de humanidad para con
ellos, actos de amor.
Si muchos
dedicáramos este día a iniciar un compromiso de solidaridad y apoyo a quienes
poco o nada -ni a nadie- tienen, sería una auténtica celebración al amor .Lo
único que se necesita son ganas, voluntad, empatía .
Las opciones son miles.
Las tenemos tan próximas como el viejito que la hace de
viene-viene o de cerillo en el supermercado hasta la fundación que se encarga
de alejar a las niñas de la calle o recabar fondos para operar las cataratas ó
hacer operaciones del corazón.
El cómo también es múltiple: donar tiempo,
dinero, ideas, dar trabajo, capacitar, alfabetizar, evangelizar, tener un
sentido y accionar de comunidad, de ciudadanía …. y hasta saludar a ese/esa desconocido(a)
con una gran sonrisa y un “¿cómo está? de corazón, con intención.
El día de San
Valentín merece una reflexión más allá de nuestra zona de confort.
Quizá sólo nos hace
falta tener más presente el viejo dicho: “Obras son amores…………”
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