El lunes pasado, día en que los taxistas
decidieron bloquear la ciudad, tuve experiencias interesantes.
No me fue posible llegar al hospital dónde
estaba internada una miga, para suplir a la personas que durmió con ella y le
urgía ir al trabajo. Ni ella pudo salir, ni yo pude llegar.
Imaginé la caótica situación en el hospital:
Médicos que no llegaban, enfermeras atrapadas en sus transportes, cirugías
retrasadas o canceladas, urgencias sin suficiente personal para atender
enfermos…..
Y me pregunto: ¿habrá nacido algún bebé en el
auto, con un papá desesperado al volante que, simplemente no podía moverse de
dónde estaban.
¿Habrá muerto alguna persona con ataque
cardiaco a la que le fue imposible recibir el auxilio que le hubiera salvado la
vida?
Y,
como esto ¿cuántos empleados, trabajadores, empresarios, comerciantes, obreros, secretarias,
no llegaron a trabajar? ¿Cuántos viajeros perdieron su vuelo por la
imposibilidad de llegar al aeropuerto?
¿Cuánto le costó a la Ciudad de México, a las
empresas, a los comercios el “secuestro” de la ciudad?
¡RESULTA QUE TODOS PERDIMOS!
Señores taxistas, respetamos sus reclamos por
recibir un trato justo por parte de las autoridades, por pedir que se ordene el
tema de “taxis piratas” pero, ¿valoraron
bien el disgusto y desaprobación de sus propios usuarios?
Miles
de personas en la Ciudad de México utilizan el taxi, no les había pasado por la mente bajar la aplicación de Uber o alguna otra y,
sin embargo, fueron precisamente sus usuarios los que se vieron afectados,
además de todos los ciudadanos de esta ciudad.
Ojalá sus líderes, además de conseguir el
trato justo que están pidiendo a las autoridades, los exhorten a
brindar un mejor servicio, a tener sus autos en buen estado y limpios, a que
su presentación personal sea adecuada y sobre todo, a tener un trato amable y
respetuoso con sus clientes.
Si Uber y cualquier otra empresa debe regularizar
algo, que lo haga, eso no es problema de los taxistas. No es tratando de perjudicar
a otros como ustedes van a mejorar ni los usuarios se van a beneficiar.
Atiendan su propios problemas, sus justas
demandas y logren brindar el servicio que ustedes mismos y sus clientes
merecen.
De esta manera, los usuarios estarán
contentos, seguros y permanecerán fieles a sus taxis preferidos.
De esta manera, los ciudadanos tendremos la oportunidad de, libremente, escoger el
servicio que más seguro y confiable nos parezca.
ASÍ, TODOS GANAMOS. ¿Qué opinan?
Laura
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