jueves, 11 de junio de 2015

¿ GANAMOS O PERDIMOS

Reflexión sobre las Elecciones
Por Camema


Esa es la pregunta que me hago después de las elecciones intermedias del  7 de junio pasado en las que mi asombro, mi indignación y mi perplejidad me han dejado con el tema  dando vueltas en mi cabeza.

Y que quede claro:  para bien o para mal, nosotros los ciudadanos somos los responsables. Y  hablamos de si se ganó o se perdió  como sociedad pero considerando todo el proceso electoral, además de  los resultados en las urnas.

Por supuesto tengo que incluir el aspecto monetario en el tema  pues es la maquinaria.
¿Fueron suficientes o excesivos el periodo para hacer campaña  y el presupuesto asignado a los partidos? Me respondo que dependería básicamente de la calidad de lo que se hizo con esos dineros. 
Y porqué no,  también de la moralidad y legalidad con que se manejaron.
Para empezar, hacer “campaña” desde antes del periodo reglamentario es ya un acto con dolo, es tomar ventaja injusta por más “disimulada” que sea. Pero también hacerla en época de veda  a través de los que son “dioses de barro”  para la población es un cinismo, una sinvergüenzada. 

Pero claro, la ley, por muy reformada ( ¿ o deformada  con alevosía?) no contempla  éstos y otros aspectos que claramente fueron el típico “vacío legal” a la mexicana del que los “listillos” se aprovecharon.   
De nada sirve el cuestionable pero existente marco legal , ni las multas, ni las denuncias ,ni nada.  Con este “modus operandi”, con estos tiempos alargados a la mala, perdimos.

Ya durante el tiempo reglamentario, me parece que lo relevante es el contenido. Cuando una campaña no tiene muchos –ojo- objetivos puntuales que se propongan  de forma integral con claridad en forma , medios y tiempos de ejecución, empezamos mal. 

Y, tristemente, yo en lo personal percibí eso: campañas huecas en su mayoría. El mismo rollo de siempre, frases manoseadas, pronunciamientos aparentemente enérgicos que ya no tienen significado a estas alturas pero que suenan bien (para el que quiere oírlas).
El contenido pues, no aportó -ni en cantidad ni en calidad- ideas novedosas, estrategias creativas ni  modelos atractivos que conlleven  cambios que necesitamos y reclamamos con urgencia.  ¿ Entonces? Perdimos.

Sobre la moralidad y legalidad, a todos nos queda claro que no fueron respetadas y relatar la serie de eventos sobre ello nos llevaría muchas páginas inútilmente. Ahí están, fueron videograbados, documentados y hasta experimentados en carne propia .
La compra o trueque de votos por mercancías y/o dinero fue un descaro.  La coerción a grupos también se repitió.
Pero, tanto pecó el que mató la vaca como el que le detuvo la pata…
La historia entonces no se ha modificado  (¿ya es endémico?).  No ganamos ni un ápice, al contrario, perdimos más pues al parecer fue muy rentable violentar la ley (¡ vaya moraleja !)

Lo más terrible a mi ver es comprobar una vez más que se sigue manteniendo a la educación en niveles de primitiva labor de eliminación del analfabetismo y , por ende generando, reproduciendo, la falta de civismo, la poca o nula conciencia ciudadana, la apatía.
Y si añadimos el gusto de este pueblo por irse al limbo entregando su tiempo al letargo televisivo de contenido telenovelero  adormecedor de las neuronas, queda clara la merma en  las capacidades cognocitivas y de discernimiento. ¿ Es esto  resultado de falta de voluntad ? o ¿de hartazgo?  o ¿de ambas?  
Algo urge hacer al respecto.
 Seguramente en este fenómeno habrá relación también con el nivel de subsistencia ………..   La reflexión queda en el aire.


 A pesar de esto, tengo que reconocer que  una pequeña luz se asomó cuando un candidato joven, sin antecedentes políticos, sin partido,  se hizo de la simpatía y fe de su electorado al ganar sin presupuesto gubernamental  o privado alguno.
Ese es para mí un legítimo y plausible éxito. Poquito, pero ganamos.

Y como éste, pero en otras dimensiones, también tuvimos otros cargos que ganaron candidatos bajo la bandera de independientes  (¿sería más correcto llamarlos apartidistas o sinpartido?) aunque en uno de los casos por lo menos, el combustible privado fue el sustituto del gubernamental además de que las redes sociales comprobaron su eficacia como maquinaria de alto impacto.  
¿Volveremos a tener casos como éste donde el gobierno  sea manejado por la iniciativa privada?, ¿será éste la muestra real  y concreta del hartazgo de un pueblo, en este caso, el neoleonés?.
Este “experimento” dará la pauta para que, en un futuro, el formato pueda volver a tener  apoyo entre la población si es que da resultados. Ojalá.

En resumen, ¿el proceso electoral fue exitoso para la sociedad mexicana? 
Me parece que no aunque hay parteaguas como recién mencioné.  Parece que no queremos o no nos dejan entender y ejercer la democracia  aprovechándose de la ignorancia, la desinformación, la necesidad, la coerción.  
Sin embargo, los mexicanos decidimos (a la buena, a la mala o a la peor) qué gobierno (s)vamos a tener.


Vale la pena tomar en cuenta también que la abstención y la anulación fueron parte del  juego. Teorías van y vienen sobre la bondad o maldad de estas posturas pero finalmente son también decisiones que sí afectan el resultado final como quedó comprobado. ¿Hubieran sido los mismos resultados de haber habido mayor participación y preferencias claras y directas? 

También en los partidos estarán analizando si ganaron o perdieron. 
En particular, quiero pensar  que el PAN, que tan perdido y alejado de sus lineamientos fundacionales ha estado en los últimos años, se cimbre y esté dispuesto a recomponerse, a rehacerse, a recuperar la credibilidad en ese sector de la población que está decepcionado y  enojado.
Que atraiga a la juventud que ya los ve como pieza de museo sin demasiadas diferencias con su rival de toda la vida y que por ello se acerca a otras opciones de las que poco sabe y, por ello, les da su confianza. Quiero pensar que habrá un nuevo liderazgo que , retomando su origen y principios, resucite como una real fuerza opositora. Si no es así, el futuro es predecible.

 Y no de poca importancia es el hecho de que muchos cuestionamientos deberán alzar la voz en  estos días sobre la competencia o incompetencia de la nueva ley electoral y las lagunas que han servido de trampolín a muchos . Esto no puede quedar así.

Respecto al resultado en sí de los partidos en las urnas en estas elecciones, yo me quedo con profunda tristeza y desánimo al ver que un país que ya vió y constató que el partido en el poder  está lleno de corrupción, de conflicto de intereses, de desprecio por la sociedad,  de impunidad, de malhacer ,de dispendio (entre otros)  y hasta de impotencia (y quizá complicidad) ante una nueva ola de criminalidad y sangre de inocentes derramada (43), haya decidido darle la total vía libre en el poder de legislar.
Hacer las leyes y reformas a su modo, a su conveniencia:  han obtenido , les hemos dado , el poder supremo.
No habrá decisión que la oposición en suma pueda echar para atrás, no habrá fuerza para llamar a cuentas a algún secretario de estado/servidor público si no es con la venia de su progenitor. ¿ Pues qué no queríamos acotarle poder ?. ¿ Qué más necesita pasar en este país para sacar del poder al viejo partido que de renovado no tiene nada? ….pero eso, es otro tema.





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