“Te lo suplico ¡no vivas solo por tus hijos! No
solo no lo necesitan, eso les hace daño”
Papa Francisco
Laura Costas
¿Qué
podemos entender con estas palabras? ¿Es que los padres no tenemos la
obligación y el deber de “hacer todo” por nuestros hijos?
Depende
de lo qué se entienda por “vivir sólo por los hijos”.
Pensemos
en la historia de Jaime, un chico inteligente y simpático con un potencial para
convertirse una persona valiosa para él mismo, su familia y la sociedad.
Pablo,
desde que nació fue el amor de su padre, no hubo juguete, reloj, viaje ,
capricho, que no le fuera cumplido de
inmediato por su papá.
Terminó
una carrera pero no ha tenido un solo empleo en su vida.
Actualmente,
Jaime es un hombre casado al que su
padre le resuelve todo. Sin empleo, mantiene a su familia subsidiado con la
tarjeta y fondos que papá tiene siempre a su disposición.
Por
supuesto que este padre ama
profundamente a su hijo, pero con un amor asfixiante que no le ha permitido
realizarse, crecer, independizarse. Y,
lo más triste: Jaime no es feliz.
¿Qué
podemos aprender de esta historia?
Proponemos 10 “tips”
que pueden ayudarnos:
1.- NO DES A TUS HIJOS TODO LO QUE TE PIDAN.
Esto comienza desde que son
pequeños.
No te prives tú de algo que quieras
o necesites, no corras a la tienda, aunque tu situación económica te lo
permita, con tal de darle el último juguete
que salió al mercado. Todos hemos visto estantes saturados de juguetes rotos y descuidados, que
sirvieron para entretener unas horas a los niños.
2- ENSÉÑALOS A TOLERAR LA FRUSTRACIÓN.
En la vida real, no nos es posible
conseguir todo lo que deseamos en el momento que lo queremos, a costa de lo que
sea. Los niños que crecen pensando que
así será su vida, tiene serios problemas cuando crecen y se enfrentan a la
realidad. La frustración es inevitable, no los prives de aprender a tolerarla y
manejarla.
3. NORMAS Y CONSECUENCIA:
Desde muy temprana edad, establece
límites. Si quieres comenzar a los tres años, ya te tardaste.
Las normas señalan un camino, camino
que deberá ser lo suficientemente ancho para que el niño tenga opciones y lo
suficientemente bien definido para que
crezca sabiendo que si brinca los límites, tendrá que aceptar la consecuencia
de su conducta.
4- RESPONSABILIDAD
Responsabilidad ante sus acciones,
ante sus responsabilidades familiares, que deben comenzar en los primeros años,
proporcionadas a cada etapa de desarrollo.
Responsabilidad en el colegio,
cumplir con trabajos y tareas solicitadas y, si no lo hiciera, permite que
sufra las consecuencias y no vayas a reclamarle al maestro.
Dales la oportunidad de vivir y
respirar, equivocarse, y aprender de sus
errores. Así podrá crecer y desarrollarse en la vida.
Dale raíces para que tenga
seguridad, autoestima y sentido de pertenencia.
Dale alas para que pueda volar
cuando llegue el momento.
5- RESPETO
Es deber de los padres dar ejemplo e
inculcar en sus hijos el respeto a todas las personas, comenzando en familia. Respeto a la autoridad
de sus padres, a sus abuelos, maestros, directivos de escuelas, autoridades..
Respeto entre todos y cada uno de
los miembros de la familia, Respeto a las
personas que nos ayudan en el hogar, a la cajera del supermercado, al
“viene-viene” que acomoda el coche…
Es muy triste ver pequeñitos
“tiranos” a los que sus papás obedecen, adolescentes que faltan al respeto a
sus padres y al que se atreva a ponerles un límite.
Es triste ver niños, adolescentes y
jóvenes prepotentes, que “siempre tienen la razón”, que faltan al respeto a sus
padres y maestros y… lo más grave con la
aprobación de los mismos papás.
Recuerda, tú eres la autoridad, el
responsable de la formación de tus hijos, no su “cuate”.
En la vida hay normas, leyes, jefes,
autoridades, límites, orden…. Prepara a tus hijos para vivir en el mundo real.
6- COMUNICACIÓN
Establecer en la familia una
comunicación respetuosa, franca y asertiva. Saber y respetar lo que cada uno
piensa, quiere y lo que le disgusta. Aprender a escuchar.
Estar de acuerdo en “no estar de
acuerdo”
Tratar de no ofenderse unos a otros
y, cuando suceda, tener la nobleza de
pedir una disculpa.
No olvidar las cuatro palabras claves:
¿Puedo?, Por favor, Gracias, Perdón.
7- VALORES
Los valores sembrados en familia
permanecen en el corazón de las personas. Al llegar a la juventud, cada uno va
encontrando su camino, camino que, de
alguna manera, será apoyado por los valores vividos en casa. Valores humanos y
morales.
Que tengan claro la diferencia entre
el bien y el mal, en esta época en que todo se ha vuelto relativo y los
parámetros de vida van esfumándose cuando no los tenemos claros.
Amor es el valor fundamental. El
amor lleva al perdón.
Y, no olvides que los abuelos son
fuente de seguridad y permanencia, son las raíces de la familia, la historia, la
experiencia y la sabiduría. Sembradores de valores y tradiciones.
8.- VIDA DE PAREJA
El mejor regalo que los padres
pueden dar a sus hijos es vivir una vida de pareja plena.
No siempre es posible por distintas
circunstancias, pero cuando lo es, cultiva el amor de pareja, recuerda, tarde o
temprano los hijos se van, se casan, se cambian de ciudad y te quedas solo con
tu cónyuge.
Cuando esto se da, haz que valga la
pena.
9- ESPIRITUALIDAD
El hombre es materia y espíritu. Es
importante atender las dos áreas, siendo la espiritual la que da sentido de
trascendencia.
Cualesquiera que sean tus creencias,
son un tesoro para la realización y la felicidad de la persona.
¿Cómo se vive en tu familia la
enfermedad, la muerte de un ser querido, el sufrimiento que, inevitablemente, en algún momento toca
la puerta de cada vida?
10- ALEGRÍA Y PAZ
En un hogar dónde se respira la
alegría, la vida es plena, divertida, generosa, compartida.
La alegría es fruto de un corazón
abierto, fruto del servicio a los demás, de la paz del alma.
"¿Qué puedes hacer para promover la paz mundial?
Ve a casa y ama a tu familia"
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