Les comparto artículo de una joven mexicana de 18 años.
Queridos mexicanos;
Como bien saben hoy México está viviendo tiempos difíciles y muchos de nosotros deseamos un cambio. Sin embargo la única forma de cambiar México es cambiando nosotros mismos, porque nosotros somos México. A México no lo hace Peña Nieto, ni Chong, ni Murillo, ellos son mexicanos como cualquier otro ciudadano que tienen el trabajo y la obligación de representarnos. Cada uno de los 112 millones 336 mil 538 habitantes de México, son México. La razón por la que México se encuentra en un estado muy vulnerable, no es solo porque nos hemos dejado llevar por la mediocridad, haciendo el mínimo esfuerzo, viendo únicamente por nuestro bienestar.
La verdadera razón por la que estamos como estamos es porque, dejamos de ver las cosas materiales como un instrumento y a las personas como a un fin, y comenzamos a ver a las personas como instrumento para tener como fin las cosas materiales. Nos volvimos esclavos del consumismo y el materialismo. Ahora pensamos que al tener cosas somos alguien. Que por tener la ropa más a la moda valemos más. Que por hacer la cena, la boda, la comida o el evento más grande la gente nos empezará a ver como gente importante. Pensamos que tener el coche más lujoso nos va a dar personalidad. Todos en cualquier momento hemos llegado a experimentar este sentimiento de sentirse mejor por el simple hecho de tener un nuevo objeto. El ser ya es visto como algo despreciable.
Ahora bien, ¿Cómo esperamos que los jóvenes que vienen de una vida de miseria no se metan al narcotráfico cuando tienen la posibilidad de obtener millones de pesos?.
¿Cómo no queremos que nuestro hijo sea aceptado o admirado por sus conocidos por tener la casa más grande, y los juegos más impresionantes? Es aquí que me pregunto, ¿En qué momento el valor de una persona empezó a depender de la cantidad de dinero que tiene? ¿Cuándo dejamos de ser capaces de disfrutar una reunión con seres queridos, por no tener la mayor comodidad y atención posible? Hoy en día nuestro objetivo en la vida es obtener la mayor cantidad de dinero para vivir una vida cómoda y lujosa y no importa quien tenga que pagar para poder obtenerlo.
El caso de los Normalistas, fue la gota que derramó el vaso. El país, poco a poco fue llenando el vaso. Quiero decir, fuimos llenando el vaso. Se podría asemejar la situación con la adicción. Todo con una probadita, comenzamos a adquirir bienes, y cosas. Como el tener algo, nos hizo sentir bien, empezamos a realizar acciones para conseguir más y más. Al principio intentamos no perjudicar a nadie, pero el obtener esos bienes materiales empezó a requerir más y más esfuerzo, el cual dañó a otras personas. Ahora bien este proceso de adicción a tener cosas, llevó una obsesión para después dar un horrible resultado. Este resultado es el que estamos viviendo hoy.
Volviendo a las metáforas y figuras retóricas, la situación también se puede representar con un Manzano. Ésta comenzó como una semilla de Manzano. A esta semilla se le empezó a regar con mentiras y robos. Poco a poco mientras la semilla comenzaba a germinar, se le agregó un nuevo tipo de agua, un poco más fuerte, en donde la corrupción, las falsificaciones, entre otras cosas iniciaron a ser una forma de riego muy común. Para que por fin un día creciera el manzano y diera frutos. Sin embargo los frutos están podridos pues emanan de asesinatos, trata de blancas, abusos sexuales etc.. Lo que quiero decir con mis metáforas, es que, gracias al caso de los Normalistas estamos abriendo los ojos a lo que llevaba en frente de nosotros por muchos años. Nunca quisimos ver el Manzano torcido, porque éste nos ofrecía manzanas muy jugosas.
Decimos que queremos un México mejor, seguro, con policías honestos, con políticos que vean por nuestro beneficio, que la pobreza desaparezca, que no haya violencia y que el narcotráfico termine.
Sin embargo, tenemos un pobreza muy grave; para que México sea un mejor país el cambio depende de nosotros. La única manera de generar un cambio en México es cambiando nosotros mismos.
Nos quejamos de los policías corruptos, pero a la hora en que nos paran somos los primeros en dar mordida. Los policías no podrían ser corruptos si se les ofreciera el doble de su salario.
Nos quejamos que los diputados y senadores no trabajen y se queden dormidos, pero nosotros en la escuela bien que nos tomamos nuestra siestecita cada vez que nos sentimos cansados de escuchar a la maestra. No nos damos cuenta que estamos haciendo lo mismo que los políticos, estamos dando lo mínimo.
Nos quejamos de que el presidente se compre una casa de millones y millones de pesos cuando la mitad del país vive en una pobreza enorme, pero nosotros le damos mil pesos a la semana a nuestros hijos para que los gasten en alcohol, droga, coches de lujo, y cosas superfluas. Cuando sabemos que la persona que nos ayuda en la casa no le alcanza para mantener a su hijo.
Nos quejamos de que en México no se pueda dejar una bolsa o cualquier cosa de valor, porque nos la roban, pero a nosotros no nos importa tomar algo que no es nuestro sin que nadie nos cache, ya que no es lo mismo robar un lápiz, un dulce, suéter que una bolsa o un celular.
Nos quejamos que hay violencia en el país, cuando nosotros a la hora en que nos echan bronca ya estamos en la golpiza.
Nos quejamos que el gobierno esté dirigido por el crimen organizado, y que los narcos se maten entre sí y se lleven con ellos a otros miles de personas inocentes. Pero nosotros le entramos a la marihuana, porque se siente chistoso, padre y es menos dañina que el cigarro. Además de ahorrarnos una crítica social por amargado. Cabe mencionar que si no hubiera demanda no existiría el narcotráfico.
Queridos mexicanos ¡No nos damos cuenta que NOSOTROS somos la causa del gran problema que estamos viviendo! NOSOTROS plantamos la semilla y la regamos con nuestros vicios y deshonras para obtener COSAS MATERIALES.
Estas cosas pasan de moda, se rompen y después de un tiempo no valen nada. Debemos de entender que las cosas no son lo que te definen como persona.Sin embargo ¡el problema es aún más grande! Nos vale que el país este apunto de sufrir una revolución, nos vale que el de alado se este muriendo de hambre con tal de tener mi cena lujosa. Nos vale que haya millones de gente desaparecida, si esta no es conocida. Nos valen todas estas tragedias con tal de tener cosas, con tal de ser admirados.
Le escribo esta carta a la persona que quiera un México mejor. A las personas que están sufriendo al igual que yo, al ver a su país destruido. Le escribo esta carta a la persona que quiera un cambio positivo, con la intención de invitarlos a hacer un examen de conciencia. A pensar en lo que de verdad quieren de México, y que se pongan esa imagen como objetivo.
Les invito a reflexionar sobre sus ideas y creencias para que así definan lo que está bien y lo que está mal, y por medio de estos estándares vivan su vida. Les pido que cambien por el bien de México, por el bien de sus hijos y nietos, por el bien de sus amigos, hermanos y seres queridos. Les pido que sean coherentes con sus ideales y los cumplan por más difícil que sea. Les pido que la próxima vez que los detenga una patrulla, paguen la multa sin la más mínima queja y si les piden mordida le pregunten al policía ¿qué tipo de México quiere para sus hijos? Les pido que la próxima vez que estén en la escuela muy cansados, hagan un esfuerzo de poner atención y dar su máximo esfuerzo, y ya después dormirse temprano.
Les pido que cuando les ofrezcan un churro de marihuana, se detengan un momento y piensen en los normalistas que murieron injustamente por el crimen organizado y por los otros miles de personas que han perdido a alguien o porque murieron intoxicados o asesinados por el narcotráfico. Les pido que se armen de valor y digan, no gracias.
Porque, si no empezamos a cambiar en lo pequeño, ¿cómo esperamos que México cambie en lo grande? Si nosotros rompemos las reglas, mentimos y robamos ¿cómo esperamos a que un político haga lo contrario? Si nosotros no hacemos algo ¿cómo esperamos a que Peña Nieto lo haga? Si no logramos ese cambio en nosotros, no podemos pedírselo a alguien más. Y si deciden no cambiar y seguir teniendo el mismo estilo de vida, por lo menos les pido que sean coherentes y no se quejen por lo que hace mal el gobierno y por la gran inseguridad del país. Porque para que México llegara a este punto, se necesito del granito de arena de todos los mexicanos.
#Yamecanse de no hacer nada al respecto, por lo que empezaré a hacer un cambio en mi, para luego hacerlo en México. Y tú:
¿Estás listo a enfrentarte a ti mismo y hacer historia?
Paulina Degetau.