Es un hecho que el tabaquismo ha disminuido en la mayoría
de los países del mundo. La manera en que este descenso se ha logrado tiene
mucho que ver sobre la forma en cómo los vicios se instalan en la naturaleza humana
y también en la forma cómo se logran arrancar de la misma.
Esta tendencia a la baja también es una realidad en
nuestro país, donde los jóvenes de hoy fuman menos que los de años atrás. Según
la encuesta Nacional de la Juventud 2010, el número de jóvenes fumadores ha
pasado de un 32% en el 2005 a un 20.9% en el 2010. De un 42.7% a un 28.7% entre
los hombres y de un 21.8% a un 13.3%
entre las mujeres.
Pero el tesoro de esta buena noticia, esta más allá del
hecho que estos jóvenes tendrán mejor salud y desarrollo menos probabilidad de
adquirir adicciones a drogas o sustancias más fuertes. La ENJ 2010 asegura que
el tabaquismo puede “ser puerta de entrada para otras
sustancias”.
La gran aportación
de esta reducción general del tabaquismo, es que ha abierto brecha en el arduo
camino de cómo erradicar las adicciones y los vicios que tanto dañan la salud
de millones de personas, y lo mucho que cuesta a los servicios de salud
alrededor del mundo.
¿Cómo se ha
logrado tener este éxito? ¿Qué tiene esta reducción histórica que enseñar a la
lucha contra la drogadicción y el abuso de otras sustancias como el alcohol?
No reside en su
prohibición en lugares públicos, pues si eso fuera, la adicción a drogas y
sustancias ilegales ya se hubiera controlado. No está en los impuestos y precios
altos que se les fueron imponiendo, pues las drogas tienen unos precios
estratosféricos y sin embargo los adictos hacen lo que sea para pagarlas.
No se intenta
descalificar todos estas medidas que han sido aplicadas y que ayudaron a
reducir el consumo de tabaco en los países del primer mundo, pero
el elemento
que sobresale y que está ausente en las demás ”luchas” contra las diferentes
adicciones es: la ausencia de propaganda, promoción y validación de cigarros en
los MEDIOS DE COMUNICACIÓN MASIVA.
Mientras se siga mostrando publicidad para vender bebidas alcohólicas y se haga evidente su consumo y el de las drogas en forma glamorosa y asociado al éxito en programas y personajes, todas las demás medidas que se adopten a nivel medico o económico no tendrán los resultados exitosos que dejan ver las estadísticas mencionadas. Se debe aprender de la eliminación total de la publicidad y validación en las pantallas, como se llevó acabo en el caso del tabaco, para lograr avances en la batalla contra las adicciones.
Por Ana Elena
Barroso
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