sábado, 4 de mayo de 2013

Un nuevo “Día del Trabajo


Por Manola C
 
Resultado de un movimiento obrero en Chicago  a fines del siglo XIX que logró reducir la jornada laboral a 8 horas , muchos países - como el nuestro -  dedican un día del año a celebrar este triunfo que marcó el inicio de una nueva época en el mundo laboral.

Símbolo del respeto al trabajador y su contribución al desarrollo, en muchas partes del mundo se celebra este día rememorando el esfuerzo que, en conjunto, logró un movimiento obrero que luchó  por humanizar el tiempo asignado al trabajo y  que permitiera entonces, dedicar tiempo a la familia, al descanso, a otros intereses, a otros deberes.
Tristemente, al paso del tiempo se ha ido olvidando ese significado, ese porqué.
En este siglo XXI las sociedades “presumen” de modernización  y “evolución”, considerando los cambios en escalas de valores e incluso la extinción de muchos de ellos, como parte de esto.
El costo ha sido que el concepto de trabajo se ha quedado prácticamente inerte en su aspecto social-humanitario.
Por supuesto que el trabajo en su concepción más ortodoxa tiene efectos en el desarrollo económico y social de una región o país

 Sin embargo, buscando frenar la deshumanización de la que tenemos evidencia todos los días en todo ámbito, es decir, aplicando el concepto de trabajo en un sentido más humanitario, sería importante ponernos como objetivo el llegar a poder celebrar el  ”Día del Trabajo… por alguien más”.
Como seres humanos en una visión integral, tenemos la oportunidad de enriquecer nuestra vida y nuestro espíritu contribuyendo con trabajo ( físico, intelectual, económico, moral, espiritual) a favor del bienestar de quien necesite de nosotros, más allá de nuestro círculo familiar o social. 


Ahí están el secreto y la magia: actuar, en concreto, a favor del  desconocido que necesita que alguien lo apoye para tener un techo, recibir atención médica, orientación legal, psicológica, educación, capacitación, alimentación digna y sana, apoyo moral, cariño, atención…..tantas necesidades de todo tipo que nos pasan por enfrente todos los días y que suponemos, erróneamente,  nos son ajenas.

Si cada uno nos pusiéramos como tarea el dedicar un tiempo dentro de cada día o cada semana para hacer algo por alguien más - dedicarle tiempo a escuchar o acompañar a un anciano, asistir a un dispensario como voluntario, apoyar con ideas, proyectos, trabajo y  recursos a las instituciones dedicadas a cualquier causa humanitaria y tantas otras más,  el mundo cambiaría sin lugar a dudas. 
 
 El impacto no sería sólo sobre quien recibe el apoyo sino en quien es testigo y puede entonces motivarse para replicarlo, es decir, en la potencialidad de hacer surgir una  “cadena “ con todo tipo de eslabones : desde tener una mejor actitud y disposición para contribuir con un granito de arena dentro de las posibilidades individuales hasta tomar un compromiso permanente con una causa ó una institución de ayuda .Todo contribuye, todo humaniz. 
No esperemos entonces a que alguien nos invite a participar, tengamos la iniciativa de empezar poco a poco, día a día a hacer algo por un desconocido . Trabajemos para contagiar  de este ánimo a quienes nos rodean, mejoremos primero a nuestra sociedad y pongamos ejemplo para celebrar un nueva  versión del  Día del Trabajo.







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