Por Laura Costas de Labarthe
"Estoy convencido de que la capacidad de adaptación o resiliencia es la cualidad más importante en un líder y en cualquier persona que desea una vida sana y con significado"
Warren Bennis en la revista American Psychologist
La resiliencia es
la fuerza más poderosa que se puede tener.
Supone la capacidad de doblarse antes de romperse ante la presión y la adversidad y salir de este modo
reforzado de ellas.
Implica la fortaleza, audacia, resistencia y tolerancia a la
frustración que debe tener cualquier persona para funcionar adecuadamente en la
vida.
¿Podemos lograr que nuestros
niños desarrollen esa cualidad?
Veamos:
Gilberto tiene 8 años y todos los días regresa de la escuela
llorando o quejándose porque; “un niño me robó la torta”, “la maestra me
castigó”, “nadie quiere jugar conmigo”….
Se podrán imaginar la preocupación de los papás. Sobre todo de la
mamá, que culpa a la escuela y a los compañeros por tener esos comportamientos.
Pero, ¿qué se respira en el hogar de Gilberto?
Un ambiente de tensión: papá llega de mal humor del trabajo y, en
ocasiones, muy tarde. Mamá vive tensa y regaña mucho a los niños, por traer
malas calificaciones, porque no recogen sus juguetes ni ponen la ropa sucia en
su lugar, porque “todo lo tiene que hacer ella”. La comunicación es pobre, la
vida de hogar poco divertida.
En pocas ocasiones los papás juegan con sus hijos, si viajan, los
niños no saben comportarse por falta de normas y límites.
Sin embargo, mamá protege a sus hijos y trata de evitarles
cualquier situación en dónde pudieran vivir alguna frustración, algún fracaso,
enfrentar dificultades.
Cuando Gilberto entró al Jardín de Niños, lloraba al desprenderse
de su madre y la mamá exigía llevárselo a casa antes de la hora convencional
para todos los niños. Esto, para evitarle un rato de “pasarla mal”.
Lo inscribió a clase de karate, con el objeto de que aprendiera a
defenderse, ya que, según ella, los compañeros y compañeras lo molestan. Pero,
¿qué sucedió en la clase de karate?
Lógicamente, el niño recibía golpes y tenía que darlos, todo
supervisado por el instructor especializado. Sólo que Gilberto era incapaz de
propinar un golpe al niño que lo atacaba y terminaba llorando en cada sesión.
Lo que podemos aprender de esta situación es que, la
sobreprotección evita que los niños desarrollen tolerancia a la frustración,
capacidad de defenderse y resolver sus problemas. Los padres, en un mal
entendido amor por ellos, evitan su crecimiento y madurez, convirtiéndolos en
niños débiles que fácilmente pueden ser molestados y abusados por los demás.
En ocasiones todos necesitamos enfrentarnos a situaciones de dolor,
ser lastimados, para poder crecer. Perder, para aprender a ganar. Muchas
lecciones de la vida se aprenden a través del dolor, la frustración y el
fracaso. Aceptar las consecuencias de nuestras acciones es algo fundamental que
se aprende desde la primera infancia.
Cuando los padres tratamos de evitar esto a los hijos, no formamos
hijos fuertes que puedan enfrentar el mundo real.
Papá y mamá no estarán siempre para protegerlos, tendrán maestros
que no los entiendan, jefes difíciles cónyuges exigentes, éxitos y descalabros.
El dolor y el fracaso son
inevitables, están presentes en la vida de toda persona y se necesita
fortaleza y valor para enfrentarlos y superarlos.
No estamos sugiriendo buscar los riesgos intencionalmente, Ningún padre o madre quiere poner en riesgo a sus hijos.
Sin embargo, cuando los niños se topan con retos y frustraciones, nuestra respuesta el clave.
Noltmeyer and Bush, en su estudio sobre "Adversidad y Resiliencia, comentan:
"Prevenir y minimizar factores de riesgo siempre será una meta; pero el exceso de protección es potencialmente negativo en el desarrollo de los niños"
No estamos sugiriendo buscar los riesgos intencionalmente, Ningún padre o madre quiere poner en riesgo a sus hijos.
Sin embargo, cuando los niños se topan con retos y frustraciones, nuestra respuesta el clave.
Noltmeyer and Bush, en su estudio sobre "Adversidad y Resiliencia, comentan:
"Prevenir y minimizar factores de riesgo siempre será una meta; pero el exceso de protección es potencialmente negativo en el desarrollo de los niños"
Trabajemos juntos papá, mamá, colegio y familia para lograr que
nuestros niños sean gente fuerte, adaptada, positiva, que tenga éxito en la vida.
“No pienses en
los fracasos de hoy, sino en el éxito que puede llegar
mañana. Te has propuesto una tarea difícil, pero tendrás éxito si perseveras, y
encontrarás dicha en la superación de obstáculos”.
Helen Keller
Helen Keller
No hay comentarios:
Publicar un comentario